www.flickr.com

lunes, mayo 24, 2004

Uf, pasó la boda y podemos descansar. Huyamos del centro para leer la Declaración de Barcelona, sobre el futuro del software abierto.

jueves, mayo 20, 2004

Escribo desde el centro de la "ciudad más segura del planeta". Sí, queridos amigos, Madrid es una ciudad en estado de excepción y me toca vivir en la zona cero.
Hace poco más de dos meses uno de los trenes explotó muy cerca de mi casa: hospitales de campaña en la calzada, ambulancias por doquier y vecinos llorando en la calle. Hoy no se puede aparcar, la policía patrulla y tememos el gran caos circulatorio para mañana, cuando corten definitivamente las principales vías del centro.
¿Es realmente necesario este dispendio desmesurado y tantas molestias para los madrileños con el simple objetivo de garantizar la seguridad? Pienso si no seremos protagonistas de una operación de imagen, si la ciudad que aún intenta restañar sus heridas no está montando este circo para "vender" su candidatura a sede olímpica o a nodo de un nuevo eje del orden mundial, si todos estos recursos no pudieron emplearse para intentar evitar el 11M...

En fin, un poco de aire fresco en medio de tanta cursilería: el diario de Letizia.

martes, mayo 11, 2004

David de Ugarte, en Las Indias, vuelve a escribir sobre la guerra de Irak y el papel de las TIC en ella. Los neoconservadores norteamericanos han cometido el mismo error que el anterior gobierno español: ignorar la enorme capacidad de comunicación de la sociedad civil actual. Al Gobierno Bush ya le ha costado la guerra, y probablemente le costará la presidencia; a Aznar le costó la presidencia del gobierno, y aún está por ver qué más le va a costar.

lunes, mayo 10, 2004

No suelo escribir sobre fútbol, pero la ocasión bien lo merece: el Real Madrid cierra de forma desastrosa su temporada más galáctica, tras perder también sus posibilidades de hacerse con la Liga.
Este deporte de la pelota y los 22 no me dice mucho, pero la aversión que muchos sentimos hacia el club blanco tiene mucho que ver con lo que representa: es la marca española más conocida fuera de nuestras fronteras, pero aquí es el símbolo del patrioterismo más rancio (¿cuántas veces lo animan gritando "España, España"), del nacionalespañolismo (acogiendo con demasiado cariño a su hinchada ultraderechista), de la especulación inmobiliaria (¿o es casualidad que su presidente lo sea también de uno de los principales grupos constructores del país?) o del pasteleo con el poder más conservador (su palco es lugar de cita para la pomada neoliberal).
Al margen de opiniones políticas, tan respetables unas como otras, su naturaleza de entidad deportiva lo convierte en una pura contradicción: es el espejo en el que se miran muchos jóvenes deportistas, y sus escuelas ejercen una encomiable labor pedagógica, pero la plantilla de su primer equipo derrocha prepotencia, estulticia y presume de modos de vida alejados del espíritu deportivo. Con los salarios irreales de esos personajes Madrid podría disponer de más instalaciones deportivas, necesarias en una ciudad en la que, sea por los motivos que sea, aumentan quienes practicamos el "mens sana in corpore sano".
¿Le queda a alguien la esperanza de que este mal año sirva al Real Madrid como cura de humildad? A mí, muy poca, sinceramente.

miércoles, mayo 05, 2004

Dicen ser la página más aburrida del mundo: compruébalo.
Lo sé, tengo mi blog olvidado. No voy a dar excusas :-)