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martes, noviembre 14, 2006

¿FRAUDE SOMOS TODOS?

Jopé, no quiero que me salga un post demagógico, pero me pide el cuerpo escribir lo siguiente:

Muy bonita la nueva campaña publicitaria de la Agencia Tributaria explicando que, cuando pienso en defraudar, mis malos pensamientos tapan un bien de interés público (un hospital, una carretera, un colegio...)
Vale, soy de los partidarios de una alta presión fiscal, un poco al estilo de países nórdicos, a cambio de servicios públicos grandes y eficaces. Vale. He dicho eficaces.
El sector público español dista mucho de la imagen de eficacia que tengo. Seguimos siendo el país del "vuelva ud. mañana" y para muestra un botón:
Durante el recién terminado SIMO, un stand te daba la posibilidad de hacerte el nuevo DNI electrónico: ¡GUAU!, con las ganas que tengo de probar si sirve para algo (tras muchos años de usuario satisfecho de mi certificado digital de la FNMT). Al margen de la extraña forma de asignar los turnos para poder acceder al preciado documento, me resultó extraño-increíble-anacrónico que pidieran una foto de carnet. UNA FOTO DE CARNET. Estamos en 2006. Muchos de los teléfonos que llevamos en el bolsillo son capaces de hacer una fotografía con calidad suficiente. En 1987, el abono de transportes metropolitanos de la ciudad de Toronto se sacaba en pocos minutos, e incluía una foto que te hacían sobre la marcha, con una especie de Polaroid. ¡Y me salen con la foto de carnet! Mi DNI electrónico tendrá que esperar...
Vuelvo a la idea inicial: ¿defraudar? pues no, porque es insolidario y, además, peligroso. ¿Pero pagar y pagar para ver cómo las Administraciones gastan mal el dinero de todos? Pues no sé, no sé. Y por no hablar del fraude de algunos funcionarios públicos (corrupción inmobiliaria, por ejemplo).
En fin, que seguiré pagando mis impuestos pero que no me digan que Hacienda somos todos, porque todos somos el fraude.